miércoles, septiembre 24, 2008

Carta a un amigo









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Desde la distancia, me enteré de tu malestar y decido escribirte para explicarte. Que yo también pasé por ese camino duro y empedrado, pero sabes decidí coger al toro por los cuernos, y aunque asustada como tú puedes estarlo, empecé aceptar, me sometieron a varias sesiones de quimioterapia, no sé como te sentirás tú, yo me sentía como un cobaya y por supuesto pasé miedo, no quería morir, y sentada en una mecedora mi madre me dijo: “Si tu no quieres morirte no te morirás”. A lo largo del camino aprendí que solo los pensamientos positivos y las visualizaciones pensando en el futuro, hacían que un nuevo día amaneciera, claro que me revelé, es justo cuando el paciente empieza ha mejorar, luego comienza la aceptación y el dejarte fluir, muy decidida. Hice testamento, yo solita llamé a la funeraria, para saber como se tenía que hacer para ser incinerada, que hasta la muchacha que me atendió por teléfono quedó paralizada, estupefacta y asombrada, sin saber que decir, pero en mi mente me decía: “Si todas las personas que me echaban las cartas del tarot me dicen que me tengo que casar, yo no he cumplido mi destino, entonces no puedo irme todavía”. Mis ganas de vivir me salvaron, pero nunca dejé de pensar con los pies en la tierra, podía llegar el día, así que decidí, pasarlo y vivir el aquí y el ahora, “Carpe diem que decían los romanos”; me agarré a lo que más quería, hice una lista con todo lo que me quedaba por hacer y cumplir, hace poco cumplí uno de mis sueños montar a caballo y ver en vivo y directo el coro Gospel, y mira lo que son las cosas, me casé. Me han dicho que tienes una novia estupenda que te quiere un montón y un pisito muy bien decorado, sujétate a eso amigo mío, tienes que ponerte una meta como yo hice, y decirte ¡tengo que llegar! Piensa que yo no veía ni la tele, no quería oír malas noticias, ni pelis agresivas que revolucionaban más mis células, el estrés, los malos ratos, el agobio, y estar con personas que te dan malas vibraciones piensa que no nos convienen en nuestro malestar y si las ves que sean de humor, de superación y de aceptación; si me lo permites te recomiendo varias películas: Ghost, 50 primeras citas y Ojala fuera cierto. Por que al fin y al cabo es solo eso un malestar, una célula caprichosa que le da la real gana de crecer dispar a las otras, en cierta manera, actúan como nosotros con rebeldía, mi malestar me lo diagnosticaron con un año menos que los que tu tienes ahora, pero sigo aquí por qué? Simplemente por que mi misión no ha terminado. Eres valiente y estoy segura que todo tiene un plan, quizás me digas que no puede ser, que no te lo mereces, que eres joven. Voy hacerte una pregunta, ponte la mano en tu corazón, yo ya la contesté cuando me la preguntaron, es dura te lo aviso. Para que le tocara a uno de los tuyos con menos fuerzas que hubieras decidido? Te diré lo que yo contesté antes que ha nadie de los míos que me toque a mí. Piensa en un árbol muy grande, fuerte como no hay dos, siempre se ataca al que puede soportarlo, como decía mi dulce madre Dios manda las pruebas más duras a quién puede sobrellevarlo, yo lo llevo con fe, y siempre me digo más sufrió Jesucristo por todos nosotros, el humor es imprescindible y las personas que nos rodean aún más. Pero sabes yo ya no tengo miedo. La ciencia también se equivoca, eres tú y solo tú el que decide, si quieres continuar o marchar, y cuando te ponen quimio, o deciden dejar de ponértela, nunca se sabe que es lo mejor, en mi tercer malestar a la tercera sesión decidí que ya no más, que pasara lo que tuviera que pasar, ojo no digo que tu lo hagas, pronto te viene un transplante de medula, y sea lo que sea empieza aceptar, es difícil. ¡Lo sé! Los caminos de Dios son inescrutables, y piensa que las pruebas no las ponemos nosotros-as mismos-mas, quizá hay que cambiar el viejo chip, y implantar nuevas cosas o hábitos en nuestras costumbres y formas. Te aseguro que jamás he hablado así con nadie, mi corazón hoy se abre para ti, y no hablo de algo que no sé, si no de algo que he pasado, te preguntarás y porqué lo llama malestar? Nunca hay que darle potencia a la palabra ni a la enfermedad, para que no ejerza poder sobre nosotros ni nuestro cuerpo. Cuando me dicen estás igual, que piel, que joven tu no envejeces, con humor les contesto, es que me meto en el congelador todas las noches. Tu tía y tío tienen mi correo, aquí me tienes para lo que desees, si ahora no puedes. Ya podrás. Siempre me acuerdo de las palabras del Ché Guevara. Más vale morir de pie que morir de rodillas. Es hora de vivir aquí y ahora. El poder está dentro de ti.











Me gusta la sensación de libertad, que siento cuando me quito la pesada chaqueta de la crítica el miedo, el sentimiento de culpabilidad, el rencor y la vergüenza. Entonces soy capaza de perdonarme y de perdonar a los demás. Esto nos libera a todos. Me dispongo a renunciar a mis problemas respecto a viejos asuntos. Cada uno es responsable de su comportamiento, y lo que damos, la vida nos lo devuelve. Así pues, no hay ninguna necesidad de castigar a nadie. Todos vivimos bajo la ley de nuestra propia conciencia. Yo me encargo de limpiar la parte de mi mente que no perdonan, y dejo entrar el amor. Entonces me convierto en un ser sano y completo. De Louise L.Hay.









Te mando todo el cariño del mundo, para ti Frán de tu amiga María Del Valle. Un beso os quiere Lilly.


















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