http://pensarporlibre.blogspot.com/2007_05_01_archive.html
Muchas veces, a lo largo de nuestra vida, ponemos demasiado énfasis, a la hora de hablar o expresarnos. Sin saber que pueden ejercer, demasiado poder de quien las habla o escribe, ya que todo lo que explicamos, escribimos o hablamos queda registrado y a veces ocurre. No sé si alguna vez os habéis dicho. Esto lo dije yo, o tengo guardada una fecha o un escrito que ya lo pronosticaba. Un diario hecho por cada uno de vosotros-as que después de mucho tiempo lo releéis y os preguntáis, al menos yo. ¿Cómo he podido escribir esto tan profundo? Bien cuando damos poder a una palabra le damos fuerza, ímpetu, y quien las oye puede sentirse mal, una porque nos hiere de quien viene, y dos porque el poder se lo lanzas a la persona. Hay que tener un pensamiento positivo para cada persona incluido a ti mismo-a, por ejemplo cuando hablamos de tal o cual enfermedad, es que tiene esto lo otro y definimos la palabra, con ello que hacemos enviamos un mensaje al universo o a la mente de aquella persona, que le queda registrada y empieza sin querer a pensar en ello. Yo a lo que tuve le llamo malestar y en mi casa está prohibida la otra que no me gusta y no quiero que ejerza poder sobre mí, dándole más poder a la enfermedad, claro que cada una de ellas tiene su nombre, pero si endulzamos un poco esas palabras, otro ejemplo y hablo de mí no de nadie, cuando comento quizás un poco exagerada, por eso de que tengo sangre andaluza lo que intento es mandar un mensaje positivo a cada persona porque es lo que necesita escuchar, para dar ánimos, para que siga escribiendo, para que ese día se sienta bien y todos sus miedos o, obstáculos desaparezcan, esta estudiado científicamente que el pensamiento positivo y todo lo que expresamos en positivo puede ayudar a cualquier persona a sanar o mejorar su calidad de vida, si a veces es difícil, no enfadarnos o pelear en voz muy alta, pero entonces los colores de vuestra aura cambian convirtiéndose en negros y grises, cuando hice en mi trabajo el curso de atención al cliente, dos personas interpretaban el papel uno de la enfermera-o duro que impedía al paciente sin número o previa cita, entrar a ver al médico y otra-o ejercía de paciente, a mí me tocó convencer al médico para que me visitara, la otra persona me gritaba me ponía toda clase de impedimentos, al hablarle con dulzura y cosas positivas para contrarrestar su negatividad y en voz más baja, terminaba por decir, no puedo seguir tiene que ser visitada, por esa frase de que ojo con lo que deseas que puede hacerse realidad o piensas, hay que polarizar y cambiar lo negativo en positivo. Y quiero dejaros con unas palabras de Louise L. Hay. Una de mis escritoras favoritas que habla justamente de lo que yo os transmito a través de lo que escribo, pensamientos y palabras en positivo. Ve como se abre una puerta hacia una década llena de curación que no llegamos a entender en el pasado. Estamos en el proceso de aprender las increíbles capacidades que tenemos dentro. Estamos aprendiendo a comunicarnos con aquellas partes de nosotros-as que tienen las respuestas y que están ahí para conducirnos y guiarnos de la forma más conveniente hacia nuestro mayor bien. De modo, pues que veamos abrirse esta nueva puerta de par en par y nos veamos pasando a través de ella para descubrir la curación de muchas, muchísimas formas. Porque sanar no significa lo mismo para todo el mundo. Muchas personas necesitan curar su cuerpo. Algunas necesitan sanar su corazón, o mente. De modo que abrámonos para recibir la curación que cada cual necesita individualmente. Abramos de par en par la puerta del crecimiento personal y atravesemos su umbral, sabiendo que estamos a salvo. Es solo un cambio. Y así es. A partir de hoy intentemos ser más positivos y dulces con nosotros-as y con los demás, sabiendo que palabras positivas pueden ayudarle en ese momento.
Recordad que las personas somos el reflejo de uno mismo, lo positivo que veamos en nuestra propia imagen interior y viceversa, que es todo aquello que tendríamos que resolver.
Un beso os quiere Mari, vuestra hada.
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