El Reiki nació en Japón y está compuesta por dos caracteres:
“Rei” que significa espíritu, alma y, en un sentido más amplio, “espíritu del universo que otorga vida”
• “Ki” que significa energía, atmósfera, mente, corazón, humor. Pero también se refiere a la fuerza vital que hay en todas las cosas.
Por tanto, la palabra Reiki puede traducirse como Energía Universal Vital. Una energía de la que todos disponemos y que fluye a través de nuestro cuerpo. Así que cualquiera de nosotros puede canalizar y practicar Reiki en cualquier momento. Al hacerlo, esta energía vital y curativa pasa a través de las palmas de las manos hacia la persona que la recibe. Esta energía vital universal es inagotable. Impregna todo lo que nos rodea y, sin darnos cuenta, interactuamos constantemente con ella. El maestro de Reiki usa esta misma energía, liberando dicha fuerza para lograr que la energía individual del receptor y la energía del mundo lleguen a un estado de armonía absoluto. Al mismo tiempo que libera y canaliza esa energía, el emisor se beneficia del equilibrio generado, ya que parte de la energía necesaria para la terapia proviene de la persona que está tratando. Ambos, maestro y paciente, sacan provecho y la energía se autorregenera en un ciclo sin fin.
El distraído, tropezó en ella. El violento la usó como proyectil. El emprendedor la usó para construir. El campesino, cansado, la usó como asiento. El niño la usó como juguete. El poeta la usó como inspiración. David la usó para matar a Goliat. Miguel Ángel sacó de ella una bella escultura.
En todos estos casos, la diferencia no estuvo en la piedra sino en el hombre.No existe "piedra" en tu camino que, las más de las veces, no puedas aprovechar para tu propio crecimiento.
La imprenta es un ejército de 26 soldados de plomo, que pueden conquistar el mundo.
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