Limpieza de casas

A veces nuestras energías están demasiado cargadas, incluso impregnan nuestra casa. Pensamos “algo funciona mal; me siento cansada”. Esto ocurre porque somos esponjas ¿a que me refiero con esto? Absorbemos y cargamos con los problemas de los demás. Ellos o ellas quedan liberados y nosotras-os nos traemos esa energía a casa y en nuestro cuerpo, cuantas veces tenemos la sensación y decirnos esta o cual persona me ha dejado agotada y a veces incluso con el corazón destrozado al oír sus pesares, que escuchas con gusto, pero te dejan sin pilas. Una sencilla y fácil receta es bañarnos a menudo con agua y sal y en el día elegido limpiar bien la casa, y en cada habitación fregar con agua y amoniaco, tres puñados de sal que se cogerán con la mano derecha repitiendo esta oración: “sal, sal, sal por la Santísima Trinidad libera mi casa y mi familia de toda perturbación y todo mal”. Oración valga la redundancia que se puede también emplear cuando nos realizamos el baño o ducha. Seguidamente pondremos por cada una de las habitaciones, baños, y cocina. Incienso del Arcángel Miguel, o Sándalo, Lavanda. Preferiblemente si tenéis ropa blanca no muy nueva emplearla, para esta limpieza. En cualquier herboristería encontráis carboncillos y hierbas de limpieza. Una vez realizado todo lo dicho en un cuenco o cazuela de barro, quemáis los carboncillos siempre sujetos con las pinzas mismas de la carne que utilizamos en nuestras cocinas, una vez encendidos, con cerillas o mechero encima pondremos las hierbas aromáticas y de limpieza encima. Repitiendo la acción durante unos 5 minutos y cerrando las puertas, observareis como el humo blanco aromatiza y si queréis como hacían los indios americanos con ese humo nos impregnamos como si de un baño se tratase, dejamos consumir los carbones y si es necesario iremos echando más hierbas. Si lo deseáis antes de echar las hierbas con un aceite aromático de Lavanda obtendréis más limpieza. Si es necesario repetir alguna oración hablada o mental, cada cual en sus creencias y gustos. Aunque un padre nuestro es la mejor para alejar todo mal. Ya me diréis si lo probáis como os sienta. El baño o ducha con agua y sal preferible sal gorda, lo realizáis tantos días como sean necesarios, y las limpiezas de casas cada 15 días. Espero que os guste, acepto preguntas. Y si acompañáis unas margaritas blancas en vuestros jarrones, durante esos días ! aún mejor ¡

Un beso os quiere Mari.

Celtique Médiéval - Carlos Nuñez