Mientras; espero el sueño eterno. Una nube blanca como el algodón, me transportó al arcoíris. Más allá el camino florece y todo sufrimiento se desvanece. El Sol sale por el horizonte y las calles hoy están vacías, porque las nubes permanecen escondidas. Quise cambiar muchas cosas y tirar lo que ya no me pertenecía, limpié los armarios de cosas que ya no me servían. Mi mente quedó bloqueada ¿encontraré la puerta de salida? Extraña y en silencio; se aceleró el cambio en mí. Del pozo profundo, sumida en la tristeza… Poco a poco la armonía volvió a mí. Escritos guardados sin ganas de escribir. La ansiedad se apoderó de mí. Comprendí entonces como se puede sentir cuando no quieres contar nada para no hacer sufrir. Ya está hecho el cambio estoy en mi nuevo hogar y todo se arreglará. Los cambios asustan; el miedo te impide andar pero si te lo propones puedes llegar.
Un beso os quiere Mari.
Zamba de mi esperanza - Jorge Cafrune
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